martes, 2 de marzo de 2010

Epílogo

Ocho años después

Ya habían pasado ocho años, mi vida a dado un giro inesperado, aunque me quede embarazada con diecisiete años nunca he llegado ha arrepentirme, siempre he tenido a mi padre a mi lado apoyandome. Ahora el ya no esta, murió el año pasado de una embolia pulmonar, se la detectaron demasiado tarde, pero le prometi ser feliz y dedicarle mi vida a mis hijos, el no estaba triste porque decía que volvería a ver a mi madre y a Elenisca, y a estar de nuevo con ellas. Solo le hice prometer a parte de ser feliz, que me reuniría con ellos dentro de muchos años.
Aunque mi padre no esta tengo a dos hombres en mi vida, esta Edwin que nos casemos a los cuatro meses de nacer Anne y Elena, y tengo ha Alejandro, un pequeño hombrecito de cinco años, es algo imperactivo pero muy cariñoso, sus hermanas lo quieren con locura. Edwin le puso el apellido a las mellizas y firmo del derecho de padre.
Ahora vivimos en la casa de mis padres, es mi herencia y por nada del mundo me hiria de este pueblucho como lo llamaba cuando era mas joven.
Edwin sigue trabajando en el hospital de pedagogo, le encanta su trabajo y siempre viene feliz a casa. Yo termine la carrera de bellas artes, aunque no le dedico mucho de vez en cuando hago una exposición de mis cuadros, después de todo ese fue siempre mi sueño ser una pintora famosa, no es que sea demasiado famosa pero si lo necesario para que mis cuadros se han vendidos. Estoy embarazada de cinco meses y traigo a un niño y una niña, de nuevo dos mellizos, la verdad que los nombres aun no lo se.
Ángela viene de vez en cuando a visitarnos, pero vive en Manhattan, se fue hace tres años, se caso con un ejecutivo de la empresa donde trabaja ella, y son muy felices dentro de dos meses va a tener a una preciosa niña, seguro que lo sera, su padre es guapisimo y ella también lo es. Ángela estudio y estudio, y se convirtió en una de las mejores arquitectas aunque a lo primero lo tuvo bastante mal por el machismo que hay en este mundo ante las mujeres. Mis peques la consideran su tía, y a mi me alegra ella se convirtió en una de mi familia cuando murió Elenisca, aunque nunca nadie ocupara su lugar.
Con Violeta me llevo muy bien, encontró un novio que le quiere y nosotros nos alegramos, olvido lo ocurrido en el pasado y se desvive por su tres nietos y esta deseando ver a los dos que están de camino, me ayuda en todo lo que puede y yo la verdad se lo agradezco, aunque no he tenido a mi madre en ningún momento difícil como es cuando tuve a mis hijos, o cuando me tenia que ir a estudiar o trabajar si la he tenido a ella, y se lo tendré que agradecer siempre.

Como ya dije nací hace veinticinco años y nunca he podido llegar a saber porque han tenido que pasarme estas cosas, Porque tuve que perder a una hermana de la manera que la perdí. Porque mi madre se suicido ¿A caso yo no la importaba?, porque mi padre me tuvo que dejar tan prono. Pienso pero no logro encontrar la respuesta, muchas veces pienso que quizás si no hubiera pasado todo esto nunca hubiera encontrado la felicidad que necesitaba encontrar, quizás soy algo egoísta o quizás no, solo se que aunque la vida me ha castigado, nunca me arrepentiré de mis actos, nunca dejare mis sueños atrás, ni dejar de querer a mi familia, porque algún día, algún día todo esto se acaba, la vida es un hilo demasiado fino y nunca sabrás cuando vas ha encontrar el final, por eso siempre me despido de mi familia cada vez que me voy a dormir, cuando Edwin se va al trabajo, o cuando Anne, Elena y Alejandro entran en el colegio. Siempre les digo que les quiero y que son los mas importantes para mi, les doy un beso y les deseo todo lo mejor.
Ahora intento ser feliz, se que mi familia me quiere, y que esten donde esten mi padre, mi madre y Elenisca me quieren y saben que yo les quiero a ellos.


FIN

lunes, 1 de marzo de 2010

cap 20

Nuevas ilusiones

Ya había pasado siete meses desde que Jacob fue llevado a la clínica privada especializada en la esquizofrenia. Me daba miedo solo de pensar de que algunos de mis hijos heredaran la locura de su padre, hable con un medico especializado y me dijo que no tenia nada que ver ya, que estas personas se comportaban así ya que en el crecimiento de su vida habían sido maltratados, abusado o algo que psicológicamente le había echo reprimirse.
Me quedaban dos semanas para que mis pequeñas nacieran, iba a casa de Ángela, la verdad es que lo que había pasado nos había unido muchisimo y doy las gracias, le debía tanto. Llame a la puerta, y ella me abrió.
- Hola Angela.- le dije ilusionada.
- Hola Grabiela, pasa y ponte cómoda en el salón te voy a poner algo de beber, ¿Que quieres?.- me dijo Ángela.
- Agua, es que no tengo ganas de mas hoy estoy muy cansada.- le dije a Ángela.
No tardo mucho en traerme el agua, era muy buena con migo. Se sentó enfrente mía, era algo maniática, tenia que mirar a los ojos a la persona con la que hablara y verle el rostro, si no sentía que no la estaba escuchando. Estuvimos hablando mucho tiempo, y sonriendo.
- Grabiela, espero que no te importe lo que te voy a preguntar.- me dijo.
- Di me lo que quieras Ángela, somos de confianza.- le dije sonriendo le.
- Veras, no se como decirte. ¿No has vuelto ha hablar con Edwin?.- me pregunto.
- Ya sabes que no, estuvimos hablando hasta que se mejoro y se fue a España a seguir con su carrera. ¿porque me lo dices?.- le dije seria.
- Es que Edwin lleva dos semanas aquí, a vuelto Grabiela.- me dijo Ángela.
Me quede algo paralizada, ¿Porque no ha venido a verme? No lo entendía pensaba que ya eramos amigos, pero veo que no. Eso me entristeció el corazón, me sentía dolida, quizás era lo mejor.
- Bueno Grabiela cambiando de tema, ¿Como llamaras a las pequeñas?.- me dijo sonriendo, se que aunque no me dijo nada habia visto como me cambiaba la cara al hablar de Edwin.
- Pues queria llamarlas Anne y Elena.- le dije.
- Anne ¿por tu madre? y Elena.- me pregunto Ángela.
- si, es por mi madre, y Elena es como el nombre de mi hermana pero español. ¿No te gustan?.- le dije seria.
- Si me encantan, y me alegra que cogieras esos nombres tan bonitos, dice mucho de ti.- Me dijo sonriendo.- ¿Te apetece pasear por el parque? Hace un día maravilloso.- me dijo Ángela.
- Si claro, de paso tengo que ir a comprar unas cosas para las niñas.- le dije cariñosamente.
Salimos a pasear tranquilamente, nos tomemos unos batidos que saquemos de unas maquinas de bebidas que había en la calle. La verdad es que echaría estos momentos de paseos cuando tuviera a mis niñas. Sentí un pequeño dolor por debajo del admomen, mi reacción fue agarrarme sentía que se me estaba cayendo la barriga. De pronto sentí que mis piernas estaban mojadas, me toque y tenia razón, estaba mojada, el vestido a penas se me mojo pero la ropa interior la tenia chorreando.
- Ángela, creo que estoy de parto, me duele mucho.- le dije medio doblada, no se había percatado de nada de lo que me había pasado, ya que estaba hablando por teléfono, y cuando colgó es cuando se lo dije.
Ángela llamo a un taxi y nos montemos en dirección al hospital, estaba algo nerviosa pero no asuntada, en estos momentos necesitaba a mi madre, nunca pensé que la fuera a echar tanto de menos, las contracciones cada vez eran mas precisas, si el taxista no se daba prisa mis pequeñas iban a nacer ahí mismo, dentro del taxi.
cuando estábamos en la puerta del hospital, Ángela salio corriendo a por algún enfermero y una silla de ruedas, apenas podía andar.
- Es ella, es ella.- Escuchaba a Ángela decir una y otra vez a un enfermero que venia con ella, este llevaba la silla de ruedas.
Me ayudo a bajar del coche y me puso encima de la silla, entrabamos por la puerta del hospital cuando me encontré a Edwin, ¿que le pasaba? ¿porque estaba aquí? No entendía nada aunque tampoco estaba en disposición de hacerlo, mis pequeñas querían salir antes de tiempo.
- Grabiella.- me dijo Edwin.- Ya vas a tener a las pequeñas, pensé que aun te faltaba tiempo. ¿Como sabia que eran dos niñas? Yo no se lo había dicho.
- Edwin, creo que no es el momento de hablar con ella, quizás después podáis hablar.
A los quince minutos llego mi padre, pero yo ya estaba en la sala de descanso, entro y vino a estar con migo en este momento tan especial.
- Gracias por venir tan pronto papa.- Le dije, Estaba subida en una camilla, y al rededor de mi barriga tenia como unos cinturones de tela, llevaban muchos clabes y lo llamaban "Monitores", era para ver como iba todo por dentro, si las pequeñas estaban bien y si no tenia muchas contracciones.
- Mi amor, ¿Como estas? Esas diablillas ya quieren salir.- Decía mi padre sonriendo.- ¿Que te ha dicho el ginecólogo?.- me pregunto.
- Que ya me van a llevar a la sala de paritorio, están esperando de que el cirujano se prepare, con la matrona y el ginecólogo.- Le dije, mi padre puso cara de preocupación.
- ¿El cirujano? ¿Para que?.- me pregunto.
- Papa, esta mañana fui al medico, y me dijo la ginecóloga Ruth que tendrían que hacerme una cesárea, ya que las pequeñas llevan mucho tiempo sin moverse, que no me lo quiso decir antes para no asustarme.- le dije agarrándole la mano para que no se preocupara.
- Bueno jovenciata, creo que ya es tu turno.- Me dijo un joven cirujano, era guarismo, era rubio, de ojos azules y piel pálida.- Siento no presentarme mi nombres es Carlos.- me dijo sonriendo me.
No sabia que había unos médicos tan guapos, creo que me confundí cuando pensé en que carrera estudiar, menos mal que aun no había empezado la carrera y me podia retractar. Solo pude sonreír, le dejaría hacerme lo que quisiera, parecia un angel.
- Lo siento señor, pero en la sala de partos no puede entrar, ya que no es un parto normal, es por cesaria y los virus pueden colarse antes por el abdomen de su hija.- dijo Carlos.
- No importa, esperare en la sala de espera,avisen con lo que sea.- dijo mi padre dando me un pequeño beso en la frente.
Creo que tardaron mas en dormi de columna hacia abajo que lo que tardaron en sacarme a mis pequeñas, me tuvieron que punzar en la columna unas ocho veces ya que no podia doblarme lo suficiente. Despues cuando lo consiguieron me tumbaron en la camilla y senti como mis piernas y abdomen se habian dormido por completo, me sentia demasiado rara, note como me daban el corte en el abdomen, aunque no me dolia sentia como lo hacian, a la primera que sacaron fue a Elena, era preciosa, ojos azules y pelo negro, era igualita a mi y claro como no a Elenisca, estaba gordita, pesaba casi tres kilos y media cuarentaiocho centimetros. Despues la llevaron las enfermeras a limpiarla y hacerle unas pruebas. A los cinco minutos nacio Anne, esta era mas pequeñita, era rubia de ojos marrones, se parecia mucho a mama, pense que iban a ser gemelas o eso me dijeron los medicos, pero eran mellizas, quizas era mejor.
A la media hora nos llevaron a la sala de recuperacion, me sentia feliz, aunque era demasiado joven, sentia que tenia ganas de ser feliz de cuidar a mis pequeñas. Aunque papa me dijo que al siguienta año podria seguir estudiando, y que las niñas irian a la guarderia para no perder la oportunidad, la verdad es que me apollaba en todo, tenia suerte de tenerlo como padre.
A las seis horas de estar en la sala de recuperación nos subieron a las tres a nuestra habitación, era el numero 322, una vez arriba ya subieron papa, Angela y Edwin, estaban deseandonos vernos, papa encuanto vio a las pequeñas empezo a llorar.
- Dime princesa ¿Como estas? Supongo que se quien es quien de las pequeñas.- dijo papa, se veia tan feliz, señalo a las pequeñas y aceto con los nombre. ¿Como me conocia tanto? Si no recuerdo que le hubiera dando tanta confianza hasta ahora. Se notaba que era mi padre.
Angela se veia muy ilusionada con las pequeñas.
- Angela ¿Que te parece?.- le dije.
- Son preciosas Grabiela, me tienen enamorada.- dijo.
- Bueno seguro que seras una tita muy cariñosa.- le dije sonriendo y ella acepto.
- Cariño, voy a ir ha hablar con mig jefe para pedirme unos dias, despues me voy a casa me baño, me pongo algo comodo y te traigo las coas. ¿Vale?.- me dijo dandome un beso.
- Si, no te preocupes, Angela se quedara con migo ¿Verdad?.- ella asintio y papa se fue.
- Voy a por una botella de agua.- dijo Angela.
- Hola Grabiela.- dijo Edwin avergonzado, no habia dicho nada desde que habia entrado en la habitación.
- Hola ¿Como estas?.- le dije para cortar la tensión que habia.
- Veras, queria haber hablando antes con tigo, pero no encontraba el momento.- me dijo.
- El momento para ¿Que?.- le dije algo enfadada.
- Grabiela, he conseguido trabajo, voy a ser el nuevo pedagogo del centro de salud, no te lo pude decir antes porque como desde que me fui no me has llamado ni nada, pense que estarias enfadada con migo.- me dijo acercandose a mi.
- Me alegro mucho por ti.- le dije sonriendole forzosamente.
- Veras hay algo mas que quiero pedirte.- me dijo mentiendose su mano derecha en el bolsillo del pantalon.
- Dime.- le dije.
- ¿Quieres casarte con migo?.- dijo Edwin poniendose de rodillas. No sabia que decir, me senti no se rara, ¿Que hago? dije para mi misma.